Un procurador es aquel que con la debida habilitación legal, licenciado o graduado en Derecho, tiene la capacidad de representar a cualquier persona tanto física como jurídica ante los Tribunales en un juicio. Al estar especializado en Derecho procesal, la labor de un procurador es muy variada y consiste en la presentación de los distintos escritos y demandas elaboradas por los abogados ante los juzgados. Su labor es esencial en la tramitación en los procesos judiciales y la recepción de notificaciones dirigidas a los clientes y la entrega de las mismas a los abogados que estén llevando el caso. Estas funciones ayudan a agilizar los procesos judiciales.
Entre ella están la tramitación de oficios, mandamientos y exhortos.
Su labor es imprescindible en todo proceso judicial ya que la Ley de Enjuiciamiento Civil marca que toda comparecencia en un juicio se debe hacer a través de un procurador.
Para ser representados por un procurador deberemos otorgar un poder que puede hacerse ante notario o directamente ante el juzgado donde se lleva a cabo el procedimiento.
El procurador a su vez tiene que estar habilitado para el ejercicio de sus funciones ante el Tribunal o juzgado donde se realice el proceso judicial y deberá así mismo estar inscrito en el Colegio de Procuradores en la ciudad donde esté ejerciendo su profesión.
En esta especialidad se estudian, por tanto, los distintos procesos que se ejecutan en los juzgados y los diferentes actos de comunicación que se llevan a cabo y los tipos de registros públicos.
Con la entrada en vigor de la Ley 34/2006, previamente a colegiarse el procurador tiene que superar unas pruebas de acceso en las que tendrá que realizar prácticas externas y superar un examen para poder colegiarse como procurador.
¿Para qué sirve un procurador?
El procurador nos representará en cualquier causa judicial que tengamos ante los Tribunales y llevará a cabo las labores de presentación de demandas judiciales, la gestión y pago de las tasas judiciales en representación del cliente, y el depósito de las cantidades exigidas en los recursos judiciales.
Podríamos decir que en todo proceso judicial el procurador obra como intermediario entre el Juzgado y el abogado por lo que podemos decir que gran parte del éxito conseguido en un proceso se debe a la labor del procurador. Presenta todos los escritos que los abogados preparan en los despachos y comunica todas las resoluciones y notificaciones que van emitiendo los juzgados. Su presencia y comunicación con los secretarios judiciales, funcionarios y jueces le da la capacidad de estar al tanto de los vencimientos de los plazos, velar para que estos se cumplan y notificar al abogado sobre la marcha del proceso y de la comunicación de las distintas notificaciones, emplazamientos y citaciones a la parte contraria en los distintos procesos judiciales.
Por tanto, es una figura clave en el buen funcionamiento de cualquier proceso judicial, ya que permite agilizar y colaborar en el impulso del correcto funcionamiento de un proceso.