La función del procurador es la representación de sus clientes ante los juzgados y tribunales sirviendo de conexión entre éstos y los ciudadanos que se hallan inmersos en causas judiciales, contribuyendo con su labor a abreviar técnicamente los trámites procesales tales como emplazamientos, citaciones, notificaciones o requerimientos.
Por ejemplo, en un procedimiento de apremio, en el cual se realiza la fase culminante de un proceso de ejecución dineraria forzosa o expropiación de los bienes al ejecutado, la función del procurador es esencial facilitando la culminación de los trámites para llevar a efecto la ejecución de las resoluciones judiciales o sentencias interlocutorias. Realizar la traba del embargo, la cual consiste en la localización y selección de determinados bienes del deudor para satisfacer las deudas.
Es por ello que se encarga de efectuar trámites en los registros públicos a fin de anotar embargos y llevar a efecto el pago de las costas que generen en nombre de los clientes y está presente durante el proceso de embargo y la toma de posesión de los bienes.
El procurador se encarga también de efectuar las liquidaciones tributarias, tanto de impuestos de actos jurídicos documentados y tasas judiciales, como de las pertinentes inscripciones en los distintos registros públicos: registro de la propiedad, registro civil, mercantil o de bienes inmuebles entre otros.
Según se estable en el artículo 26 de la Ley de Enjuiciamiento Civil algunas de las funciones del procurador son las siguientes:
- Mantener a su cliente y al abogado siempre al corriente del curso del proceso, notificando al letrado todas las resoluciones, escritos y documentos tanto del juzgado como de los procuradores de las demás partes.
- Hacerse cargo de la recepción de toda la documentación, escritos y cualquier cosa que tenga que ver con el procedimiento de parte de su abogado cuando éste cese el seguimiento de la causa y entregarla a quien se vaya a hacer cargo o bien al cliente.
- El procurador tiene la obligación de cooperar con los órganos jurisdiccionales a la hora de corregir cualquier defecto procesal y a realizar los trámites necesarios para impulsar y agilizar la correcta realización del proceso.
- Transmitir al abogado elegido de la causa todos los documentos, notificaciones, citaciones o instrucciones que se le remitan trabajando siempre en pro de los intereses de su cliente.
- Igualmente trasladar los escritos de su cliente y letrado a los procuradores que corresponda.
- Realizar los actos solicitados por su cliente en su representación ante la Administración de justicia y las comunicaciones entre esta y su cliente.
- Personarse en los juzgados y tribunales en los que esté ejerciendo a fin de hacer las gestiones pertinentes durante todo el proceso judicial.
Como hemos podido ver, el trabajo del procurador llega a ser crucial en todo proceso judicial ya sea civil o penal, ya que proporciona al letrado y al cliente toda la información procesal necesaria y realiza toda la tramitación para el buen funcionamiento de todo el procedimiento.